Opinión 

Las dos caras de la PFP – Isidoro YESCAS

polis S22

Isidoro YESCAS

A propósito de la PFP , la presidenta de Causa en Común, María Elena Morera, escribió lo siguiente: “En nuestros recorridos para integrar información del desarrollo policial, recibimos testimonios de algunos policías federales.

“Nos han platicado y demostrado que tienen que pagar sus viáticos; que les disminuyeron en 50 % los vales de gasolina; que no se ha renovado el parque vehicular; que tienen que reparar los coches en un taller ubicado en la salida de Puebla, en el que además de tardar mucho tiempo, les cobran mucho más que cualquier otro taller mecánico; que les dan uniformes y botas de mala calidad e incluso algunos los tienen que comprar…” ( El Universal, agosto, 8,2016).

Estos testimonios conducen a la autora del artículo periodístico a plantear la necesidad de que se lleve a cabo una auditoría a los recursos que administra esta institución que, como ya es del conocimiento público, prácticamente se instaló en la ciudad de Oaxaca y otras ciudades del interior del estado desde el 2015, en el contexto de las elecciones federales y del decreto del gobierno del estado para tomar el control administrativo del IEEPO.

Lo que muchos oaxaqueños y oaxaqueñas nos hemos preguntado es que si los millonarios recursos económicos, materiales y humanos invertidos por el gobierno federal han servido para no solamente coadyuvar a prevenir y contener la protesta magisterial y social , sino también para investigar y combatir delitos de orden federal y, de manera destacada, aquellos que tienen relación con el crimen organizado.

Es muy probable que las irregularidades administrativas que existen en la PFP, y que denuncia María Elena Morera, también se repliquen en el estado de Oaxaca pues han sido cientos de policías –hombres y mujeres- que han sido comisionados en diversos puntos de la entidad . Sin embargo, por lo menos para los jefes y mandos medios que se hospedan en conocidos hoteles turísticos del norte de la ciudad capital su estancia parece menos austera y tortuosa pues tienen asegurado los tres alimentos diarios, albercas climatizadas ,habitaciones con king sice y hasta jacuzzi. Tan bien las va que es evidente que la rica comida oaxaqueña ya ha provocado que muchos de los jefes (y jefas) suban de peso y cada día les cueste mas trabajo realizar sus rígidos ejercicios matinales.

Y sus derechos tendrán los mandos medios y jefes de la PFP para gozar de estas canonjías y privilegios , mientras la tropa acuertalada en gimnasios, en Ciudad Judicial y otros edificios públicos solo cuenten con los servicios mas elementales.

La PFP tiene, entre sus atribuciones legales, operar las políticas de seguridad pública en materia de prevención y combate de delitos federales. Sin embargo, desde que se instalaron en Oaxaca la violencia derivada de hechos delictuosos ha crecido al punto que según la revista Expansión nuestra entidad ocupa ahora el segundo lugar nacional en homicidios, secuestros y extorsiones (2, 065 en total hasta el mes de junio de este año).

El dato duro revela que, finalmente, la PFP ni ha servido para liberar carreteras, ni para contener las expresiones violentas de protesta social; tampoco sirvió para “coberturar” la aplicación de las evaluaciones docentes y ha resultado un fracaso para el cumplimiento de su principal atribución que es el combate a la delincuencia organizada.

Pero de lo que no hay duda es que los jefes y mandos medios de tan controvertida corporación policíaca no podrán quejarse de que Oaxaca es no solo maravilloso sino también mágico.

Twitter:@YescasIsidoro

Agosto 10 del 2016.

 

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